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La revolución tecnológica ha llegado a las explotaciones agrícolas y el tractor del futuro, el denominado “tractor sin conductor” o aut´ónomo ya está aquí. Fabricantes como John Deere, Massey Ferguson, Ford o New Holland cuentan actualmente en su catálogo con sistemas GPS que dirigen y guían automáticamente el tractor.
Pero esto es sólo la punta del iceberg de lo que se avecina. Porque gracias a, entre otros factores, la implantación de la inteligencia artificial, los vehículos agrícolas contarán en breve con prestaciones increíbles.
Aunque la potencia, la comodidad y la confiabilidad de la marca siguen siendo factores importantes, la implantación de diversas tecnologías en el diseño de tractores va a marcar la diferencia en cuanto a:
Además, el empleo de drones, cámaras y sensores para el procesamiento y almacenamiento de macrodatos, combinado con las aplicaciones y los programas informáticos puestos al servicio del agricultor, están provocando un cambio lento pero progresivo en muchos de los paradigmas del modelo agrícola tradicional.
El desarrollo del tractor autónomo está íntimamente ligado a la implantación de la agricultura de precisión a partir de la década de 1980, con la que se busca principalmente mejorar la eficiencia de los procesos. Actualmente se emplea la tecnología GPS para guiar a los tractores por las explotaciones agrícolas a gran escala, lo que permite, además, un ahorro considerable de combustible.
Gracias a las tecnologías empleadas, un tractor autónomo puede operar durante las 24 horas del día sin necesidad de un operario en la cabina. La progresiva evolución de los tractores sin conductor permite ya que muchas de las tareas a realizar, así como las funciones del vehículo pueden controlarse a distancia desde un ordenador, una tableta portátil o un teléfono móvil mediante una aplicación para mapear el terreno y planificar el recorrido del vehículo, las tareas a realizar o los aperos a incluir.
Los prototipos eléctricos mixtos son los que actualmente presentan una mayor autonomía, lo que permitirá prescindir completamente del trabajo directo humano para su conducción y manejo. En definitiva, un tractor autónomo emplea sensores, radares y GPS para realizar por sí mismo las tareas asignadas. De este modo, los agricultores podrán automatizar completamente sus operaciones y optimizar su producción, haciendo uso de un menor número de recursos en el campo para lograrlo.
La principal ventaja de un tractor sin conductor es que, a diferencia de la mano de obra tradicional, no está sujeto a restricciones de horario. Resumiendo, el hombre necesita descansar, la máquina no.
Sin embargo, que un tractor sea autónomo no significa que sea completamente independiente. La figura del agricultor o del tractorista no va a desaparecer, sino que será transformada para realizar las labores de control (seguridad y supervisión), gestión o planificación de los cultivos.
La nueva generación de tractores va a permitir el desarrollo de una agricultura de precisión a pequeña y gran escala, en la que deberán perfeccionarse los sistemas de autoguiado y de autoaprendizaje, mediante la implantación de inteligencia artificial, para modificar el comportamiento de los vehículos agrícolas en función de las condiciones climatológicas o del terreno y en tiempo real.
Básicamente, los principales ventajas de un tractor sin conductor o autónomo son:
Pues bien, imaginemos ahora que estas ventajas las aplicamos a una flota completa de tractores que pueden ser controlados desde un único dispositivo y sin necesidad de un solo operario en cabina. Como si de ciencia ficción se tratase, estos vehículos podrían crear un verdadero “enjambres de máquinas”, que, empleadas a la vez, podrían realizar múltiples tareas: siembra, poda, arado, fumigación, transporte, etc. De este modo, se podría implantar un sistema de “producción en serie”.
En cuanto a las desventajas, existe una evidente: cuanta mayor sea la implantación de vehículos sin conductor, menor será la necesidad de mano de obra, a excepción de la muy especializada.
Otro inconveniente es que estos modelos autónomos tienen un precio elevado, por lo que no están al alcance de muchos productores y agricultores. Unido a esto hay que tener en cuenta también que los tractores autónomos sólo se adaptan a determinadas explotaciones, pues en muchos casos están en fase experimental.
Por último, aunque deleguemos la toma de decisiones en las máquinas, esto no implica que estén exentas de sufrir errores. La supervisión humana, por tanto, será imprescindible en el funcionamiento de este tipo de vehículos. Por tanto, el agricultor deberá llevar a cabo un seguimiento activo del tractor sin conductor para controlar, por ejemplo, el trazado de los trayectos preestablecidos, la velocidad, el consumo de combustible o las cámaras incorporadas.
Apostando por la agricultura inteligente, el desarrollo del tractor autónomo del futuro dependerá de las soluciones que se empleen para superar algunos los siguientes requisitos:
Si quieres saber más sobre tractores sin conductor o necesitas asesoramiento, no dudes en ponerte en contacto con el equipo de Altrac.
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